martes, 25 de noviembre de 2014

El Reino escatológico / La obsesión de Jesús

(Mc 14, 25) Jesús dijo: “Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”. [Mt 26, 29; Lc 22, 18]

El contexto de este dicho jesuánico lo da la última cena del Maestro con sus discípulos. Hay un ambiente de tinieblas alrededor, de muerte ya programada. Hay, a la vez, un halo de tristeza y de gozo. La última cena puede analizarse desde su perspectiva sacramental, desde el amigo que se despide de sus íntimos o como resumen del mensaje evangélico, pero en cualquiera de esas perspectivas, sobresale la solemnidad. Cada palabra que Jesús pronuncia en ese banquete, encierra un sentido místico.

domingo, 23 de noviembre de 2014

En el Tabor, el Reino está cerca / La obsesión de Jesús

(Mc 9, 1) Y Jesús les decía: “Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder”. [Mt 16, 28; Lc 9, 27]


Estamos ante una expresión difícil de entender. Se admiten dos o tres variantes interpretativas, quizás con el mismo valor argumentativo. Personalmente, no ha sido una decisión fácil la de colocar este versículo aquí, dentro de la reflexión sobre el Reino que ya está, o hacerlo en la sección siguiente, sobre el Reino escatológico. De alguna manera velada, estas palabras encierran un concepto dual muy acorde a la escatología de Marcos. El Reino está aquí cerca, alrededor, rodeándonos, presente en cualquier momento y en todos los momentos; y está ese momento particular y preciso en que el Reino se revela con un esplendor magnífico, que es el momento-signo de lo escatológico, de lo que se instaurará para siempre.

jueves, 20 de noviembre de 2014

El Reino cercano de Dios / La obsesión de Jesús

(Mc 1, 15) Jesús dijo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. [Mt 4, 17]


Este versículo contiene las primeras palabras de Jesús en el Evangelio según Marcos. Tenemos que asumir, entonces, que este versículo contiene la esencia del mensaje jesuánico según este autor. Y tenemos que asumirlo así porque, literariamente, la primera aparición de un personaje, sus primeros gestos, sus primeras acciones y sus primeras frases, suelen resumir su ser. Se debe a que el autor del libro (en este caso Marcos) ya conoce profundamente al personaje (en la mayoría de las ocasiones) y puede sintetizarlo desde el inicio para dar el tono fundamental al resto de la obra.
Jesús es presentado como un evangelizador. Para Marcos, la clave de Jesús está en el Evangelio del que habla y sobre el que basa su vida. Ese Evangelio viene de Dios y es un Evangelio del Reino. La palabra evangelio significa buena noticia, y en esa línea se enmarca esta novedad que trae Jesús. Hay algo nuevo y bueno que viene de Dios. Como analizaremos en breve, el hecho de venir no quiere decir, necesariamente, que está lejos y recorre un camino, sino más bien que ya está aquí, cercano, alrededor, actuando de manera misteriosa. Por eso es una Buena Noticia distinta. Para muchas religiones y creencias, lo bueno vendrá en un futuro solamente, y ahora hay que esperar sufriendo. Se vive un mientras tanto que hasta llega a carecer de sentido. Se sobre-vive sin vivir plenamente. Jesús derriba ese paradigma. El Reino que viene es el Reino que está, por eso es Evangelio, es anuncio bueno, es noticia novedosa y gozosa.

martes, 18 de noviembre de 2014

Introducción / La obsesión de Jesús

Voy a estar colgando algunas postales de un libro escrito que es preferible poner en la web, para no perder tiempo respecto a las editoriales empecinadas en publicar lo que se vende, no lo que es interesante. Aquí quizás tenga más provecho.

La expresión Reino de Dios, o su equivalente Reino de los Cielos, aparece 14 veces en el Evangelio según Marcos, el relato más primitivo de los cuatro Evangelios y el que inaugura el género literario. Mateo conserva 37 veces la frase, lo cual lo posiciona como el que más la menciona. Lucas tiene 32 apariciones en lo que sería, propiamente, el Evangelio, más otras 8 veces en Hechos de los Apóstoles, considerado de su autoría. Finalmente, el Evangelio según Juan es el más escueto, con apenas 2 menciones a la expresión, concentradas en una sola escena del capítulo 3 del libro (y tres menciones más en un versículo del capítulo 18, pero sólo con la palabra Reino).