(Mt 9, 35) Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. [Lc 8, 1]
Como ya anunciamos, Mateo utiliza dos frases muy similares para describir
la expansión de la Buena Noticia del Reino y su camino hacia la universalidad. Este
versículo contiene, básicamente, los mismos elementos que el versículo anterior,
con leves modificaciones, que son las que nos interesan. La estructura básica
es, primeramente, la mención del nombre Jesús,
seguido de la especificación del lugar de acción, y finalmente las tres
acciones básicas del ministerio: enseñar, proclamar y curar.
El cambio principal es que mientras Mt 4, 23 sitúa la acción en Galilea,
este versículo menciona todas las ciudades y todos los pueblos. El cambio es in crescendo. La fama y la acción de
Jesús no sólo se limitan a Galilea, sino que ahora todos los poblados reciben
su ministerio. El todo es bastante
genérico, y sabemos que Jesús, por la limitación física lógica, no ha recorrido
todos los poblados del Imperio, ni siquiera todas las aldeas más cercanas. El
genérico nos ayuda a darle perspectiva a la Buena Noticia del Reino. Hay una
universalidad que germina y que aumenta el recorrido. Se ha comenzado con los
sufrientes de Galilea, pero ahora son todos. La universalidad, como dijimos,
tiene sentido si viene desde abajo, desde los que están peor. Jesús puede
llegar a todos porque ha llegado primero a los últimos.
Este final del capítulo 9 acondiciona lo que
será el envío y discurso misionero del capítulo 10. El modelo del Maestro es el
molde para los discípulos. Los Doce son enviados a las ovejas perdidas de
Israel, en lo que parecería ser una contradicción de la universalidad. Pero
nuevamente el sentido está en la progresión. Para Jesús, primero está la
conversión de Israel, y esa conversión suscitará un movimiento mundial de
retorno a Yahvé. Primero a las ovejas perdidas, y entre ellas, primero a los
enfermos, leprosos y poseídos (cf. Mt 10, 8); o sea, primero a los sufrientes,
los oprimidos, los que peor están. El esquema de la misión eclesial es el mismo
que el de Jesús. Cuando la Iglesia altera ese orden de la lógica del Reino, se
transforma en institución de poder antes que en comunidad del Reino. Mateo
recuerda la praxis de Jesús para iluminar la praxis eclesial. Se llega a todos
empezando por los menos; se incluye a todos empezando con los excluidos; se
abarca a todos concentrándose en los menos.
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