(Mc 1, 15) Jesús dijo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. [Mt 4, 17]
Este versículo contiene las primeras palabras de Jesús en el Evangelio
según Marcos. Tenemos que asumir, entonces, que este versículo contiene la
esencia del mensaje jesuánico según este autor. Y tenemos que asumirlo así
porque, literariamente, la primera aparición de un personaje, sus primeros
gestos, sus primeras acciones y sus primeras frases, suelen resumir su ser. Se
debe a que el autor del libro (en este caso Marcos) ya conoce profundamente al
personaje (en la mayoría de las ocasiones) y puede sintetizarlo desde el inicio
para dar el tono fundamental al resto de la obra.
Jesús es presentado como un evangelizador. Para Marcos, la clave de Jesús
está en el Evangelio del que habla y sobre el que basa su vida. Ese Evangelio
viene de Dios y es un Evangelio del Reino. La palabra evangelio significa buena
noticia, y en esa línea se enmarca esta novedad que trae Jesús. Hay algo
nuevo y bueno que viene de Dios. Como analizaremos en breve, el hecho de venir
no quiere decir, necesariamente, que está lejos y recorre un camino, sino más
bien que ya está aquí, cercano, alrededor, actuando de manera misteriosa. Por
eso es una Buena Noticia distinta. Para muchas religiones y creencias, lo bueno
vendrá en un futuro solamente, y ahora hay que esperar sufriendo. Se vive un mientras tanto que hasta llega a carecer
de sentido. Se sobre-vive sin vivir plenamente. Jesús derriba ese paradigma. El
Reino que viene es el Reino que está, por eso es Evangelio, es anuncio bueno,
es noticia novedosa y gozosa.
Las discusiones sobre la posibilidad de que la frase contenida en este
versículo sea completamente elaborada por el Jesús histórico o transformada y
modificada por la Iglesia, no empañan el sentido de la misma. Ciertamente, en
el fondo de esta declaración de Jesús está el resumen de su pensamiento y de idea-fuerza.
Posteriormente, la Iglesia la adoptará y adaptará, pero resulta demasiado
imposible negar su origen palestino-judío.
La primera certeza de este anuncio es que el tiempo se ha cumplido. En
griego se dice kairos pleroo. Kairos es distinto de chronos. El kairos es el tiempo
propicio, el tiempo adecuado, que no responde a reglas establecidas socialmente
como las semanas o los meses (como sí lo es el chronos). Es un tiempo con características que lo hacen particular,
y que está marcado por sucesos únicos, extraordinarios. La irrupción de Jesús
en la historia es la irrupción del tiempo del Evangelio de Dios, tiempo del
Reino. Este tiempo es un tiempo lleno
(para tratar de entender el vocablo pleroo);
tiempo de plenitud. Esta plenitud no puede entenderse en forma paradisíaca. No
es la plenitud de la perfección, sino la plenitud de lo que ha quedado pleno
por haber sido completado. Es la idea de un embarazo, que a los nueve meses es
pleno, no porque sea un embarazo perfecto, sino porque ha alcanzado su
completitud. El tiempo se ha cumplido, la historia ha sido llenada de eventos y
situaciones que nos colocan aquí, en el centro mismo, que es Jesús y su anuncio
del Reino.
La Iglesia, con el tiempo, asociará de manera indisoluble a Jesús con el
Reino, como un mensaje único y conjugado, indivisible; pero aún así, Marcos
deja entrever que en la historia de Jesús, su Evangelio es el Evangelio del
Reino. El autor irá desarrollando diversos aspectos de ese Reino, y dejará
otros sin desarrollar, sin dudas, pero revelará el meollo de lo que Jesús cree
y practica. El Reino de Dios tiene enemigos, tiene su propia dinámica, tiene
principios, tiene formas, tiene invitados e integrantes. Y tiene exigencias,
que pueden resumirse en convertirse y creer. La conversión es metanoia en griego. Se produce la metanoia cuando alguien cae en cuenta de
algo después de haberlo vivido. Es un cambio de la mente, nous, de la mente-alma. Hay cosas que comprender y cosas que
modificar en la vida de quien es contactado por el Reino.
Habías "desaparecido"... muy bueno el regreso.
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